Ya se mide el traje de campeón
Los Toros del Norte fracasaron en su propia arena tras cometer gruesos errores en la parte baja
Con diez hombres la “S” facturó tres goles que lo empujan directo al festejo. Al final ganó 4-2
Kenneth Hernandez Cerdas
Fotos:Randall Sandoval/Víctor Benavides/Guillermo Hernández
Ciudad Quesada.- El Saprissa visitó San Carlos y en su regreso pasó a una sastrería a medirse el traje de campeón, una victoria sólida por 4-2 lo dejó a un paso de coronarse en el Torneo Verano 2010.
Capote en mano, el “Monstruo” resolvió su visita a una arena en la que recibió dos “levantines” pero después superó la embestida y sacó la faena.
Así dejó la serie en un lugar idóneo, tiene ventaja en goles y con un juego pendiente en su propia cueva.
Los norteños necesitarán una hombrada para superar una serie que ayer solo acariciaron.
Movido
El ambiente exigió revoluciones en la cancha, cabeza fría y pierna caliente con emociones controladas, sin perder de vista que lo disputado era nada menos que una final.
Los morados salieron taladro en mano, dispuestos a romper el muro, sus rivales cautelosos de arranque, el careo del inicio pintó lo que sería el primer tiempo.
Control de pelota saprissista, un toque por aquí, otro por allá, la mira puesta en Donny Grant y cubrirse la espalda. Los toros parecían agresivos pero el gol que anotaron les indigestó.
Andrés Núñez sacudió los asientos con un latigazo desde el minuto 1. Luego cabeceó al 2' y exigió a Grant, quien desactivó las bombas que le pusieron detrás del arco.
En cuatro minutos la “S” le movió los cimientos a su oponente, empero, se descuidó y recibió la primera anotación.
Minuto 8, Juan Vicente Solís trepó más arriba que Jervis Drummond, Víctor Cordero soltó herrumbre en el despeje y apareció Álvaro Sánchez para quebrar el cristal. El pequeño volante encaró a Keilor Navas y le ubicó la pelota a un costado. 1-0.
A partir de ahí vino la reacción saprissista, Centeno se adueñó de la bola, Josué Martínez cabalgó con más firmeza y Armando Alonso pivoteó mejor.
El objetivo de la artillería morada fue uno: arrodillar al meta Grant, seguro, firme, impasable... Como en el mano a mano no lo derribaron, el Saprissa revisó el manual y acudió a rematarle de lejos.
Así consiguió la paridad, un rebote de Mario Bello quedó en las piernas de Martínez, el juvenil desenfundó su arma y atinó con un golazo. El disparo de borde externo dejó la pelota lejos de los guantes del cuidapalos casero.
Los hombres de Roy Myers acabaron el capítulo uno con la imagen de mejor equipo en el enzacatado artificial.
Golpe letal
El segundo tiempo se cargó de contrastes, por un lado los toros empezaron agresivos pero cayeron en un tobogán que los tiró directo al barranco. Y por otro el Saprissa, que empezó renqueando, sacó las garras y destrozó a su presa.
Al minuto 66' todo era fiesta para San Carlos, después de que Sánchez metió un golazo de tijereta. La indecisión de la zaga morada quedó al desnudo. El cielo se oscureció para los saprissistas cuando Núñez se expulsó solo tras manotear a Víctor Portuguez (71’).
A los capitalinos les tocó remar contra corriente a partir de ahí, lo paradójico fue en que en lugar de afectarles los envalentonó hasta agrandarlos.
Reloj en 79 minutos, la pelota cruzó el marco, Grant falló en la salida, sus celadores Munguío y Bello también, Cordero clavó el esférico para decretar el 2-2.
La seguridad que mostró el guardavallas norteño quedó engavetada porque después titubeó y recibió serias consecuencias.
Jairo Arrieta le cabeceó en el área pequeña tras un pase de Allan Alemán al 85’; el ingreso del pequeño artillero revolucionó el ataque morado y agigantó el descontrol de los anfitriones.
Para completar la faena, David Guzmán le puso el traje de villano al portero de casa, le lanzó la pelota en las manos pero éste con infortunio la empujó dentro de su guarida.
4-2 en lo alto del marcador que dejó el trofeo de campeón más cerca de Tibás y a millas de distancia de Ciudad Quesada.
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